Quienes menos importamos en la historieta esa somos nosotros. Hacemos de florero y ná más. Pero bueno, para subirse un poco el ánimo en una tarde de invierno, está bien.
Es que la anécdota tiene más interés en sí que otra cosa. Jamás leo la hoja parroquial pero, estaba sentada en un café, fui a pillar un periódico y cogí el Marca. Un atento caballero que estaba al lado, al hacer un estudio de género, se dio cuenta de que no iba a durar mucho con él y me pasó el Deia. Mira por dónde que la historieta esta estaba en la última página y me quede con lo de magenta y por alguna deformación de blog, seguramente, me tomé la molestia de leerlo. Dije ¡anda! si a estos personajes de la última línea los conozco yo. Hice caso omiso de que, hay casos en que los enemigos de los enemigos, se convierten en amigos, y me quedé toda contenta y satisfecha.
Por: Maleni
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